El triunfo del capricho (parte 1)

Amigos lectores, en esta ocasión tengo para ustedes la historia de Leni Riefenstahl: la cineasta más influyente del Tercer Reich. Conoceremos su metamorfosis de bailarina a actriz y de actriz a directora de cine, la relación que estableció con Hitler y su gran aporte a la industria cinematográfica del siglo XX.

Bienvenidos sean pues a descubrir la trayectoria artística de Helene Bertha Amelie Riefenstahl, directora de la película propagandística El Triunfo de la Voluntad, alusiva al régimen de la Alemania Nazi y producida por Adolfo Hitler, en Núremberg, en 1935, considerada en su momento y hasta nuestros días, una obra de arte de la cinematografía occidental.

Leni y su equipo de producción durante la filmación de El Triunfo de la Voluntad

Período de entreguerras

Antes de ahondar en el tema principal, hay que ubicarnos en el espacio y en el tiempo, y es que es importante recordar que la década a la que pertenece el año 1935, fue particularmente difícil tanto para Alemania como para el resto del mundo: Hitler recién tomaba el mando en 1934; el comercio y la industria estaban paralizados por lo que imperaban el hambre y el desempleo; y mientras las personas de a pie luchaban por recuperarse de los estragos de la guerra, los asignados al poder estaban planeando la secuela…

Los primeros pasos de Leni

En 1902 nació Leni Riefenstahl en Berlín, Alemania, dentro de una familia cristiana. Comenzó su carrera artística como bailarina en la Escuela de Danza y Ballet Grimm Reiter, sin embargo, sufrió un accidente en el que se lesionó la rodilla y los planes que había trazado para su proyecto de vida cambiaron radicalmente: retirándose de los escenarios para colocarse detrás de las cámaras de vídeo.

Cuando ocurrió el incidente en 1924, Leni se dirigió a la Estación de Nollendorfplatz para visitar al médico familiar. Ya en el andén, mientras esperaba el próximo tren, divisó en uno de los muros del pasillo de enfrente un cartel publicitando el lanzamiento de una película con temática montañista.

Al no poder resistir la impresión de aquel descubrimiento, Leni se olvidó del dolor que la había llevado hasta la estación de trenes y salió de ahí en busca de La Montaña del Destino, como si aquel título se tratara de una premonición.

En alguna de sus entrevistas, Leni comentó que tras haber presenciado La Montaña del Destino, decretó para sí misma que actuaría en la próxima película del director Arnold Fanck. Objetivo que logró gracias a la casualidad de un encuentro con Luis Trenker, actor principal de La Montaña del Destino, quien fungió como intermediario del mensaje que Leni tenía para Arnold: «Admiro tu trabajo y quiero protagonizar tu próxima película».

En cuestión de un año, Riefenstahl estaría debutando en la pantalla grande como protagonista de La Montaña Sagrada, papel al que le sucedieron seis películas más y en las que adquirió suficiente conocimiento y experiencia como para incursionar de directora en su primera película original: La Luz Azul, en el año 1932.

Leni, en La Montaña Sagrada, 1926

Leni conoce a Hitler

Leni estaba cerca de cumplir una década de trayectoria cinematográfica y el reconocimiento que había adquirido dentro del gremio artístico era irreversible. Sin embargo y a pesar del éxito, la berlinesa no imaginaba que en la lista de sus admiradores figuraba uno de los hombres más poderosos de Europa: el canciller Adolfo Hitler. Fue entonces que, unos meses después del estreno de La Luz Azul, ocurrió el encuentro…

Y fue en esa primera cita en 1932, una vez intercambiados elogios y enhorabuenas, que se expusieron las intenciones de una colaboración: el gabinete de Hitler precisaba de una estrategia de campaña, y aunque una parte del plan ya había sido diseñado por el ministro de propaganda, Joseph Goebbels, faltaba una pieza clave para el movimiento: un cineasta.

Leni y Hitler se conocen en 1932

*Todas las fotografías fueron tomadas desde Google y debido a la época en que fueron capturadas fue muy difícil rastrear a sus autores

Continuar en: Parte 2

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