Indie Folk: Broken Social Scene

Fundada por el músico y compositor Kevin Drew y el artista Brendan Canning, Broken Social Scene es una agrupación formada por una variedad -y gran cantidad- de amigos musicales, amantes y extraños, la banda emergió como una comunidad muy unida que rebosaba talento, personalidades, canciones y muchas, muchas guitarras. Todo en su ciudad natal de Toronto, Canadá en 1999.

Conformada hasta por 15 miembros itinerantes, le otorgó a la banda la capacidad de tejer la gran cantidad de voces, varios elementos de géneros específicos y una instrumentación muy variada en una mezcla auditiva posmoderna que los lanzó instantáneamente al escenario Indie. Sus álbumes cuentan con toques cinematográficos y melodías aclamadas por la crítica, que combinan su avalancha de sonidos con esos coros finamente elaborados.

Alguno de los artistas y actos asociados con el grupo incluyen a Feist, Metric, Do Make Say Think, Jason Collett, KC Accidental, Apostle of Hustle, Amy Millan, Stars y Emily Haines & the Soft Skeleton.

Después de dos años trabajando en las primeras canciones, Noice Factory fue la casa que dio a luz a su álbum debut «Feel good lost» en el 2001, un disco mayormente acústico, es el tipo de álbum que se presta para escuchar íntimamente con tus auriculares puestos, sin interrupciones del exterior. Este material está impregnado con lo que podríamos llamar influencia histórica, lo que crea una agradable sensación de familiaridad. Las guitarras enredadas «Guilty Cubicles» evocan al mejor momento etéreo del disco, mientras que una canción como «Stomach Song» posee una composición muy particular, presentando un soliloquio murmurado y repetitivo, realizado por una voz femenina sobre un cúmulo de conversaciones confusas que a veces suena como un instrumento de percusión.

El registro mantiene un enfoque similar al láser que recorre las doce canciones. Todos y cada uno de los desvíos referentes al sonido se toman con notable cautela, como «Prison Province», una pista de guitarra de dos minutos que me dejó un poco desconcertada por su excelente -y diferente- técnica.

En 2002 lanzan su álbum «You forgot it in people» este disco no se parece en nada a lo que imaginas. Ni siquiera llega al «es casi cómo lo imaginé».

Poderoso y conmovedor, explota con canción tras canción y es infinitamente reproducible y perfecto, uno de sus rasgos más destacados es su amplitud espaciosa. Es decir, en muchas de sus pistas, los sonidos parecen resonar indefinidamente en un loop perfecto. El álbum es denso con la instrumentación barroca de sus quince jugadores, cada parte es bellamente organizada con delicados matices: una capa expansiva de laser y refuerzo de violines etéreos, trompetas y flautas silenciadas para sostener suavemente las guitarras tradicionales, el bajo y la poderosa batería.

Me gustaría poder transmitirles cuán perfectamente este disco logra ese acto de equilibrio, que resiste el paso del tiempo. Y odio usar este dicho, pero: «tienes que escucharlo por ti mismo». Pero, Dios mío, en serio lo tienes que hacer. De principio a fin.

En el 2005 volvieron bajo el paraguas de su propio sello, Arts & Crafts con su álbum homónimo, el conjunto de 14 canciones es tan brillante y conmovedor como los esfuerzos anteriores de la banda, pero tiene más carisma, más profundidad y seguramente más complejidades en su realización. Debido a lo vertiginoso que es crear música en un grupo de amigos que se concentraron en esfuerzos solitarios y actividades externas.

La mezcla no es desordenada en términos convencionales, sino que lleva muy bien una delicada progresión que muestran lo inteligente, creativo y genial de esta banda. Realmente es más que un colectivo; son una orquesta tanto para la generación vaga como para los literatos.

Cinco años tuvieron que pasar para que en el 2010 volvieran de la mano de John McEntire, productor de «Forgiveness Rock Record». El «perdón» no es un sentimiento asociado con la música rock muy amenudo. Ira, desesperación, enamoramiento, seguro que sí lo son. Pero el perdón es más complicado y más difícil de encajar en una canción de cuatro minutos. 

El álbum avanza mientras reconoce el dolor y la disciplina involucrados, y lo hace mientras se mantiene con el estilo representativo indie-mixtape de la banda. Aunque algo sorprendente es que este álbum está basado en canciones que la banda había hecho: cada canción, excepto una, contiene voces, y un par parece estar lleno de las mismas líricas de «You forgot it in people«.

Su primer álbum en siete años, «Hug of Thunder» llega en 2017 después de que los ataques terroristas de París en 2015, que inspiraron un rápido regreso a la acción luego de un paréntesis largo de la banda. En este material, Drew y compañía hablan de todos esos idealistas y personas caídas que le recordaron a su antiguo yo, el que hablaba de celebraciones imprudentes por allá de 1999.

Como si su tiempo en esta tierra se estuviera agotando, la banda pasa los últimos 15 minutos de Hug of Thunder expresando que «las cosas mejorarán porque no pueden empeorar». 

Dos años después, los héroes canadienses del indie-rock regresaron con una versión más reducida de la banda recorrió el mundo durante 2017 y 2018, renovando el vínculo que habían encontrado en el estudio. Años que estuvieron marcados por los garabatos electrónicos y la inclinación por catarsis que tipificaba tanto post-rock a principios de la década de 2000.

Let’s Try the After Vol 1 y 2, es un par de EPs lanzados por la banda, es una mezcla de canciones pop en su mayoría instrumentales y canciones pop bastante compactas, llegando con la promesa del propio Drew de que él y sus compatriotas no desaparecerán por tanto tiempo nuevamente.


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