El triunfo del capricho (parte 2)

En la entrega pasada de El triunfo del capricho conocimos a la directora de cine más influyente del Tercer Reich: Leni Riefenstahl, cuya transición artística evolucionó a la par con su situación de vida, pero también al del momento histórico que sufrían los alemanes. Sin embargo, el punto clave de su carrera fue haber conocido a Adolfo Hitler, y en esta segunda parte les contaré el desenlace de la historia.

Germany Free State Prussia: Leni Riefenstahl congratulating Adolf Hitler to his 49th birthday.

1932: A cuatro años de la segunda guerra

Leni Riefenstahl y Adolfo Hitler eran personalidades públicas, reconocidos militantes del gremio intelectual y político, pero más importante (al menos para esta historia) aún: ambos honraban la trayectoria del otro; y fue debido a esa admiración que en 1932 programaron una cita para conocerse y hablar de intereses: el canciller requiría de los servicios y talento de la berlinesa para crear una película propagandística que promoviera su campaña.

Desde luego, la propuesta de Hitler resultó ser halagadora, lo que dio paso a una negociación; fue así que Leni firmó contrato con el Ministerio de la Propaganda Nazi, y en 1933 se inició el rodaje de una primera película llamada La victoria de la fe, proyecto frustrado debido a la intervención de miembros del Partido inconformes con la participación de una mujer en asuntos del Estado.

Cartel de La victoria de la fe, 1933

Para Leni, perfeccionista e inflexible, aquel intento de grabación significó un fracaso, en cambio, para el obstinado canciller, La victoria de la fe representó un primer ensayo de la que sería la mayor obra propagandística de la era. Riefenstahl se negó en varias ocasiones a volver a trabajar con el Partido, pero Hitler la convenció bajo el argumento de que ella era la única artista capaz de desarrollar dicha empresa.

Una vez más, la cineasta cedió ante el poder hiptónico del político alemán. Faltaban algunos meses para el siguiente Congreso Nacional en Núremberg, suficientes para planear el rodaje de El triunfo de la voluntad, película que marcaría la historia universal de diversas e inesperadas maneras, ahora bajo el lineamiento del Director de Propaganda del Partido, Joseph Goebbels.

De izquierda a derecha: Joseph Goebbels, Leni Riefenstahl, Adolfo Hitler.

Congreso Nacional de Núremberg

Las grabaciones de El triunfo de la voluntad se llevaron a cabo en 1934, durante el Congreso Nacional de Núremberg, también conocido como «El día del Partido», que organizaba el NSDAP, con el afán de publicitar al régimen de la Alemania Nazi, siendo el punto focal los discursos de Adolfo Hitler, así como el desfile en el que participaban todas las organizaciones importantes del Estado.

Como cada año, desde 1923, el 5 de septiembre de 1934 se instalaron en el Campo Zeppelín alrededor de 500,000 miembros del Partido Nacionalsocialista dispuestos a celebrar los siete días que duraba el Congreso. Mientras tanto, el pueblo de Núremberg se congregaba a lo largo y ancho del campo para atestiguar el nuevo líder que arribaba a Alemania. Sin embargo, esos hombres y mujeres desconocían que formaban parte de un movimiento perfectamente orquestado que pretendía manipular a las masas a través de una fuerte carga de símbolos y de un discurso unificador.

Celebración del Día del Partido

Joseph Goebbles, el ministro de propaganda del Tercer Reich, fue el encargado de estipular bajo qué consignas se regiría la campaña de Hitler, y entre otros, éstas fueron algunos de sus principios:

Principios de la propaganda nazi

  1. Principio de orquestación: limitar el número de ideas y repetirlas incansablemente.
  2. Principio de la transposición: Si no puedes negar las malas noticias inventa otras que distraigan.
  3. Principio de la exageración y desfiguración: transformar cualquier anécdota, por pequeña que sea, en algo majestuoso.
  4. Principio de la vulgarización: la propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos.
  5. Principio de la transfusión: la propaganda opera a partir de complejos, odios y prejuicios tradicionales.
  6. Principio de la unanimidad: llegar a convencer a mucha gente de que piensa como todo el mundo.

Por otra parte, la sociedad alemana era prácticamente vírgen en términos propagandísticos, por lo que el impacto que tuvieron las imágenes y los discursos difundidos a través de la radio, la imprenta y el cine fueron contundentes.

Rodaje de El triunfo de la voluntad

Una vez establecidas las reglas del juego, comenzó el rodaje de El triunfo de la voluntad en Núremberg, Alemania, el 5 de septiembre de 1934, durante la inauguración del 11° Crongreso Nacional del Partido.

Castillo de Núremberg, Alemania

Pero… ¿cómo se grabó o qué elementos conformaron El triunfo de la voluntad para ser considerada una obra de arte de la cinematografía occidental? En una entrevista realizada en 1993 como parte del documental Una vida de luces y sombras, Leni resuelve éstas y otras cuestiones, cuyas respuestas voy a parafrasear a continuación para ofrecer información más precisa al respecto.

Sobre la producción:

«Tenía que filmar tres o cuatro discursos de Hitler y se me ocurrió instalar una vía circular a su alrededor para capturar distintos ángulos y evitar que fueran repetitivos. Para las escenas panorámicas, conseguí permiso de colocar una cámara en un pequeño ascensor situado en el mástil de la bandera; el resultado fue muy bueno. Respecto a la atmósfera festiva, conseguí figurarla utilizando teleobjetivos y al momento de editar respetaba el ritmo de la música para darle un aspecto de coreografía.»

Sobre el mensaje:

«Mientras estaba rodando no se me ocurrió ni pensarlo, pero al hacer el trabajo de edición descubrí que en aquel momento creíamos que paz era uno de los mensajes principales del discurso de Hitler. Se repite a lo largo de toda la película, no se mecionan otras motivaciones ni objetivos políticos».

Sobre su clasificación:

«¿Se ha dado cuenta de que en esta película no había narración?, ¿de que no había actores posando para mí?, en ese aspecto es diferente de un documental y de una película de propaganda, si hubiera sido una película de propaganda, hubiera existido un narrador que especificara el significado y la importancia de la ocasión, pero no fue ese el caso. Al contrario, fue un proyecto logrado desde la perspectiva artística, no de la política».

Congreso Nacional de Núremberg, 1934

Sobre la experiencia:

«Fue un trabajo esclavizante, la edición estuvo a punto de arruinar mi salud para siempre, y ¿para qué?, es cierto que la película fue considerada como un buen documental, pero a partir de la guerra se le condenó porque se le clasificó como película de propaganda. Me castigaron por haberla hecho, así que no solo no estoy orgullosa sino que estoy profundamente apenada por haberla hecho.»

Aportes a la industria cinematográfica

A pesar de que hubo grandes expectativas en torno a El triunfo de la voluntad, nadie, excepto Hitler, sospechaba su rotundo éxito. Obtuvo varios premios internacionales como La medalla de Oro de París y el de la Bienal, también de París, además fue reconocida en Suecia, Alemania y Estados Unidos. Actualmente es un película prohíbida en Alemania, pero en el resto del mundo se le considera uno de los antecedentes más importantes del cine contemporáneo debido a sus generosas contribuciones:

  • Omisión de guión.
  • Dotación de movimiento a las escenas.
  • Incorporación de planos distintos de una misma escena.
  • Grabación de escenas reales.
  • Composición de imágenes monumentales.
  • Representación acertada de la época.
  • Utilización de teleobjetivos.
  • Introducción de filtros para escenas nocturnas.
  • Coordinación audiovisual.
Leni Riefenstahl, 1934

Leni falleció en 2003 a sus 101 años de edad, aún lúcida y de una entereza inigualable, dejando tras de sí una huella imborrable en la historia de la humanidad. Será recordada por haber realizado prácticas casi imposibles para las mujeres de su época: bailarina, actriz, montañista, fotógrafa, directora de cine y colaboradora del Partido Nacionalsocialista; y aunque fue juzgada y sancionada por alentar el movimiento nazi, su talento y sensibilidad artística serán para siempre incuestionables.

Y… ya para cerrar: no sé ustedes, pero a mí no termina de convencerme el título que eligieron para la película, es decir, ¿El triunfo de la voluntad?, pues sí, pero de la voluntad de Hitler, en todo caso, me parece más acertado El triunfo del capricho, ¿no?

¡Gracias por leer!


Si te quedaste con ganas de ver El triunfo de la voluntad, aquí puedes hacerlo:

https://www.youtube.com/watch?v=tLk82WLsQUY

*Todas las fotografías fueron tomadas desde Google y debido a la época en que fueron capturadas fue muy difícil rastrear a sus autores.

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